Descubrimiento e historia Fue identificada por primera vez en 1975 como una proteína ubicua (de ahí su nombre), con función inicialmente desconocida. En la década de 1980, investigaciones pioneras de Aarón Ciechanover, Avram Hershko e Irwin Rose en el Fox Chase Cancer Center elucidaron que la ubiquitina es clave para la degradación selectiva de proteínas dentro de la célula mediante un sistema dependiente de ATP. Por este descubrimiento, recibieron el “Premio Nobel de Química” en 2004.