Tratado firmado en la ciudad española de Barcelona el 29 de junio de 1529 entre representantes del emperador Carlos V y del papa Clemente VII. El emperador, que necesitaba del apoyo papal para emprender contra Francisco I de Francia una campaña decisiva cuyos principales episodios debían desarrollarse en la península italiana, se comprometía por el tratado a apoyar la restauración de los Médicis en Florencia y de la autoridad del papa sobre Ravena, Módena y Reggio nell'Emilia, y a no disponer en el futuro de la señoría de Milán a no ser de acuerdo con el pontífice. Clemente VII, en situación comprometida desde el Saco de Roma (1527), reconocía por su parte los derechos de Carlos V sobre Nápoles. Se comprometían también ambas partes a colaborar en la lucha contra los luteranos en Alemania y contra el avance del Imperio turco en Europa central.