Características generales Debe su nombre a uno de sus aspectos más notables: la adopción del rito de la cremación de los cadáveres, cuyas cenizas, encerradas en urnas o vasijas de barro o arcilla, se despositaban en simples hoyos —junto con ajuares funerarios—, abiertos uno junto a otro, sin elementos constructivos en las tumbas y sin ningún signo exterior sobre la tierra, por lo que sus necrópolis constituyen verdaderos "campos de urnas".