TODO un símbolo y un récord: por paradójico que parezca, la cultura y la ciencia han encontrado frecuentemente sus peores enemigos entre los cultos y los científicos. Y cuando en todo eso se mezcla el dogmatismo religioso, el resultado puede llegar a ser trágico. Tres ejemplos esclarecedores: Roger bacon (1214-1294) estuvo encarcelado durante quince años por haber tenido el atrevimiento de afirmar que la tierra era redonda. Copérnico (1473-1543) se libró de idéntico o similar correctivo porque tuvo la precaución de no hacer públicas sus teorías heliocéntricas mientras vivió. Giordano bruno (1548-1600) no sólo no tuvo esa precaución, sino que cometió la osadía de enseñar en el ámbito universitario las tesis copernicanas, y esa osadía le costó la vida Galileo, en cambio, supo jugar a dos cartas, al «sí, pero no», aun cuando para ello tuviera que embridar sus impulsos y hacer violencia a su culto por la verdad. y es curioso, más que curioso, revelador,...