Guerra relámpago: ¿un triunfo de la aviación? La estrategia de guerra alemana se fundaba en el empleo sincronizado de carros y aviones. Los bombarderos medios atacaban los campos de aviación aliados, neutralizando los aparatos del enemigo. Apoyados por aviones Stuka, los carros llevaban a cabo, a continuación, el asalto. Cayendo en picado, los Stuka reducían los islotes de resistencia. Después, todas las fuerzas combinadas se lanzaban por la brecha, y una avalancha de carros ponía cerco a las formaciones del adversario. Las tropas terrestres y los aviones germanos permanecían en constante comunicación. En seis días, Alemania aniquiló a las fuerzas polacas. En menos de 30, dio buena cuenta del ejército francés.